martes, 7 de octubre de 2008

Poesía

Jóvenes de nuestra Institución por iniciativa de las Profesoras de Literatura, han confeccionado los días previos a la Fiesta de San Francisco, unas poesías donde rescatan valores humanos como la Paz, la amistad, el amor, la justicia, etc... Aprovechamos este rincón para compartir con uds. algunas poesías cuyos autores quieren dar a conocer.

Las mismas fueron expuestas en Plaza San Martín en un Proyecto llamado "Tendedero Franciscano", que como todos los años es reconocido por la gente y los medios de comunicación.

Paz y Bien


La Honestidad


Cada momento es lucha.

Lucha contra la comedida,

Por la tranquilidad mentirosa de acortar caminos.

Por la anisedad de llegar más rápido

Y un destino ansió tener.


Una guerra total junto al instinto,

defendiendo no se que poblados camuflados,

Atacando por las noches los sueños... morados ya.

Es desatando decisiones, atando frustraciones

Limpiando el cielo de dudas.

Liberando los compromisos de su celda.


Honesto todo el tiempo.


Arte en el interior de cada uno, aire nuevo...

Para los que necesitan respirar honestidad.


Jorge Camacho 8º "A"



AMISTAD


Si sientes que después de cada noche... saldrá el día.

Si piensas que después de haber llorado tanto vendrá tu recompensa.

Si decides levantarte después de cada día

y piensas que siempre hay algo o alguien por quien luchar.

Si lamentas haber perdido un amor,

nunca olvides que por algo pasan las cosas.


Si en el mundo hay más penas que alegrías

nunca bajes los brazos y no te quejes.

Si la vida no es color de rosa como pensabas

trata de mezclar los colores para formar

una sola palabra que siempre durará

y nunca guardes rencores;

lastiman el corazón

siempre habrá alguien con quién contar

y sabrás que hay una buena amistad que será duradera.


Sofía Palacio

2º "B" I.S.S.F.


viernes, 3 de octubre de 2008

Quién fué San Francisco de Asís?


Ciertamente no existe ningún santo que sea tan popular como él tanto entre católicos como entre los protestantes y aun entre los no cristianos. San Francisco de Asís cautivó la imaginación de sus contemporáneos presentándoles la pobreza, la castidad y la obediencia con la pureza y fuerza de un testimonio radical.
Llegó a ser conocido como el Pobre de Asís por su matrimonio con la Pobreza, su amor por los pajarillos y toda la naturaleza. Todo ello refleja un alma en la que Dios lo era todo sin división, un alma que se nutría de las verdades de la fe católica y que se había entregado enteramente, no sólo a Cristo, sino a Cristo crucificado
Francisco de Asís, místico italiano y predicador, y fundador de los franciscanos, nació en Asís en el año 1182, en el seno de una acaudalada familia. Sus padres fueron Pietro Bernardone, un comerciante de telas y Madonna Pica, una mujer muy creyente. La gente lo llamaba "Francesco" (el francés), por más que en el bautismo recibió el nombre de Juan. Durante su juventud llevó una vida bastante mundana y no tuvo una gran formación intelectual. Era muy dado a las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores. Disponía de dinero en abundancia y lo gastaba con ostentación. Le interesaba divertirse en cosas vanas y acostumbraba a ser muy generoso con los pobres que le pedían por amor de Dios.
En 1202, tras una batalla entre Asís y Perugia, Francisco cae prisionero durante un año, luego de participar en la batalla de Collestrada. En 1203 es liberado de su cautiverio y regresa a Asís. Sin embargo, en 1204 sufre una larga enfermedad. En 1205 parte para la Pulla, enrolado en el ejército. En Espoleto sueña que dará otro rumbo a su vida, y comienza la fase inicial de su conversión. Esa noche vio en sueños un espléndido palacio con salas colmadas de armas, sobre las cuales se hallaba grabado el signo de la cruz y le pareció oír una voz que le decía que esas armas le pertenecían a él y a sus soldados.
Empieza a ejercer la caridad entre los leprosos y a trabajar en la restauración de ruinas de iglesias, en respuesta a una visión en la que el crucifijo de la iglesia en ruinas de San Damián, en Asís, le ordenó que reparara su casa. El santo, viendo que la iglesia se hallaba en muy mal estado, creyó que el Señor quería que la reparase; así pues, partió inmediatamente, tomó una buena cantidad de vestidos de la tienda de su padre y los vendió junto con su caballo. Su cambio de carácter y sus gastos en obras de caridad, enojaron muchísimo a su padre, quien lo desheredó en forma legal. En 1206, ante el Tribunal del Obispo de Asís, renunció a los bienes paternos y a la familia.
Para reparar la iglesia, fue a pedir limosna en Asís, donde todos le habían conocido rico y, naturalmente, tuvo que soportar las burlas y el desprecio. El mismo se encargó de transportar las piedras que hacían falta para reparar la iglesia y ayudó en el trabajo a los albañiles. Una vez terminadas las reparaciones en la iglesia de San Damián, Francisco emprendió un trabajo semejante en la antigua iglesia de San Pedro.
Después, se trasladó a una capillita llamada Porciúncula, que pertenecía a la abadía benedictina de Monte Subasio. Probablemente el nombre de la capillita era porque estaba construida en una reducida parcela de tierra.
En 1208, durante una misa en la Porciúncula, escucha el evangelio del envío de los discípulos en misión, ahí descubre su vocación. Escucha un llamado diciéndole que saliera al mundo, siguiendo el texto de Mateo 10, 5-14: "no poseyera nada pero hiciera el bien en todas partes". Cuando se topaba con alguien en el camino, lo saludaba con estas palabras: "La paz del Señor sea contigo."
Poco después empiezan a unírsele sus antiguos amigos y compañeros. Reunió a 12 discípulos que se convertirían en los hermanos originales de su orden, más tarde llamada la Primera Orden, con Francisco como Superior. Empezó a predicar la penitencia, provocando la renovación de la espiritualidad cristiana del siglo XIII. En 1209, Francisco redactó una Regla breve e informal que consistía principalmente en los consejos evangélicos para alcanzar la perfección.
Con ella se fueron a Roma a presentarla para aprobación del Sumo Pontífice. Viajaron a pie, cantando y rezando, llenos de felicidad, y viviendo de las limosnas que la gente les daba. En Roma no querían aprobar esta comunidad porque les parecía demasiado rígida en cuanto a pobreza, pero al fin un cardenal dijo: "No les podemos prohibir que vivan como lo mandó Cristo en el evangelio". Recibieron la aprobación del Papa Inocencio III, y se volvieron a Asís a vivir en pobreza, en oración, en santa alegría y gran fraternidad, junto a la iglesia de la Porciúncula. Para el 2009 esa Regla cumplirá 800 años de existencia, año de festejo y alegría para todos los franciscanos.
En 1212 recibe a una joven llamada Clara, en la comunidad franciscana. A través de ella se establece la orden de las damas pobres, las Clarisas, más tarde la Segunda Orden Franciscana.
Viajó a Tierra Santa, donde permaneció hasta el 1220. Quería ser martirizado, sin embargo, a su regreso encontró oposición entre los frailes y renunció como superior, dedicando los años siguientes a planear lo que sería la Tercera Orden Franciscana, los Terciarios.

San Francisco dio a su orden el nombre de "Frailes Menores" por humildad, pues quería que sus hermanos fuesen los siervos de todos y buscasen siempre los sitios más humildes. Con frecuencia exhortaba a sus compañeros al trabajo manual y, si bien les permitía pedir limosna, les tenía prohibido que aceptasen dinero. Pedir limosna no constituía para él una vergüenza, ya que era una manera de imitar la pobreza de Cristo. El santo no permitía que sus hermanos predicasen en una diócesis sin permiso expreso del obispo. Entre otras cosas, dispuso que "si alguno de los frailes se apartaba de la fe católica en obras o palabras y no se corregía, debería ser expulsado de la hermandad". Todas las ciudades querían tener el privilegio de albergar a los nuevos frailes, y las comunidades se multiplicaron en Umbría, Toscana, Lombardia y Ancona.
Se cuenta que en 1216, Francisco solicitó del Papa Honorio III la indulgencia de la Porciúncula o "perdón de Asís", a todos los que el 2 de agosto visitaran la capillita, participaran de la Misa, rezaran el Credo y se confesaran recibirían el perdón de sus faltas.
San Francisco pasó la Navidad de 1223 en Grechio, en el valle de Rieti. Quiso representar el nacimiento de Jesús en Belén, para presenciar, por decirlo así, con los ojos del cuerpo la humildad de la Encarnación y verlo recostado en el pesebre entre el buey y el asno. En efecto, el santo construyó entonces en la ermita una especie de cueva, fue el primer pesebre navideño, y los campesinos de los alrededores asistieron a la misa de media noche, en la que Francisco actuó corno diácono y predicó sobre el misterio de la Natividad.
En septiembre de 1224, luego de 40 días de ayuno, Francisco estaba rezando en el monte Alverna cuando sintió un dolor mezclado con placer, y las marcas de la crucifixión de Cristo, es decir los estigmas, aparecieron en su cuerpo. Fue el regalo que Dios imprime en su cuerpo porque quería asemejarse a Jesús.
Francisco fue llevado de regreso a Asís. Allí pasó sus últimos años, con muchos dolores físicos y una ceguera casi total. Ahí, en medio de los más agudos sufrimientos físicos, escribió el "Cántico del hermano Sol" y lo adaptó a una tonada popular para que sus hermanos pudiesen cantarlo. Pese a ello su amor a Dios no disminuyó. En 1226 se agrava, y muere el 3 de octubre a las 19:00 horas, a la edad de 44 años, en la Porciúncula.
El 16 de julio de 1228 - ¡apenas dos años después de su muerte! - fue canonizado y declarado Santo por el Papa Gregorio IX, y en 1980 el Papa Juan Pablo II lo proclamó Patrón de los Ecologistas.

Fiesta de nuestro Fundador y Patrono


BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE PARROQUIA Y COLEGIO SAN FRANCISCO

El año 1924 pasaba por este lugar, llamado Tartagal, el Reverendo Padre Mariano Colagrossi en gira misional para Salta.
Hablando con el señor José Roffini, dueño de estos terrenos, el cual en ese tiempo otorgaba lotes a los trabajadores y comerciantes que deseaban radicarse en el lugar, ofreció al Padre que eligiese un lote para levantar una Iglesia en el nuevo pueblo en formación.
Poco tiempo después el Rvdo. Padre Gabriel Tomassini, Comisario Provincial de los R. R. P. P. Misioneros de Salta, recibió de Don Roffini el terreno situado en la manzana que hoy ocupa el Colegio San Francisco y la Iglesia La Purísima. Como única señal de posesión, se plantó una gran cruz de madera y alrededor de ella fue extendiéndose en nuevo pueblo, que tomó el nombre de Tartagal, por la abundancia de plantas de Tartago que producía, y que empezó a poblarse por el atractivo de su suelo fértil, por la abundancia de maderas, y particularmente por los pozos de petróleo que la compañía standard Oil iba perforando en las cercanías.
Se comenzó a luchar con humildad y sacrificio, pero con tesón y perseverancia contra el pertinaz indiferentismo religioso de los primeros pobladores de toda lengua y religión.
La población aumentaba a pasos acelerados y los Religiosos Franciscanos se sucedían con redobladas esperanzas en sus giras misioneras por ver de dar un poco de vida espiritual a los pobladores que ya en 1926, alcanzaban a cerca de cuatro mil almas.
En el mes de Junio de 1927 el Padre Gabriel Tomassini fijó su permanencia en el pueblo y salvando obstáculos y sufriendo privaciones, pudo levantar la primera parte del edificio, tres piezas muy necesarias para poder iniciar los trabajos parroquiales, una de ellas las mas grande, la destinó a Capilla para los actos del Culto.
Llamados por su cargo a atender otras misiones, envió en noviembre del mismo año al Reverendo Padre Angélico Scipioni, para que de una manera definitiva y permanente se atendiera a la necesidades espirituales de los habitantes.
Y así, debido a los tesoneros trabajos del fundador, Padre Tomassini y al efectivo apoyo moral y material de los R. R. P. P. Mariano Colagrossi, Pedro María Borghini junto al Padre Scipioni, el día 8 de Diciembre del año 1927 se puedo efectuar la primera celebración solemne y procesión pública, en honor de María Santísima Inmaculada, quedando ese día fundada la nueva Parroquia “La Purísima" bajo la directa protección de la Madre de Dios.


EL COLEGIO SAN FRANCISCO DE ASÍS

Los Padres Angélico Scipioni y Pedro María Borghini, único personal entonces de la Misión, juntaban a los niños todos los días por la tarde y los domingos por la mañana para darles instrucción catequística.
Muchos padres de familia, comprobando la eficacia y los efectos morales de esta educación religiosa en los niños, animaron al Padre Angélico para que abriera una escuela, aunque fuera pagando una cuota mensual con el fin de retener a los niños en un lugar bueno y seguro. Apurando la construcción de una pieza para aula, pudo concluirla apoyado por varios comerciantes y familias, por el Padre Bernardo D Amico, Vicario Foráneo de Orán y con el permiso del entonces Comisario Provincial, Reverendo Padre Higinio De Petris, y el día 03 de marzo de 1930 ante un seleccionado grupo de vecinos caracterizados de Tartagal, la bendecía y con ello dejaba sentada la base del Colegio “San Francisco”.

Fueron padrinos Don Roque Brozicevich y la serñora Úrsula de Brozicevich. Estos buenos padrinos como enviados por Dios, nunca dejaron de prestar el apoyo necesario al Colegio. Por eso los consideramos com los verdaderos ángeles tutelares de la Institución.
El día 11 del mismo mes el Padre Angélico y el Maestro señor Raúl Gutierrez dictaban las primeras lecciones.
Terminó el primer año escolar con 69 alumnos inscriptos.

La primera etapa, como podríamos llamar a los primeros cinco años fue como un vuelo de progreso. Cabe aquí destacar la acción de los maestros Rafael B. Sánchez y David Terán, quienes tomando como propia la iniciativa, imprimieron en los primeros años los métodos de disciplina y estudios, aptos para los fines de la institución, debiéndose a ellos gran parte de la fama que hoy goza el Colegio, por la propaganda que hicieron las primeros jóvenes egresados.
El alumnado aumentó año tras año, el Padre Angélico debe multiplicarse para atender a las necesidades que exige el Colegio. No creyó que progresara con tanta rapidez. Recibe pedidos de prospectos y solicitudes de ingreso desde puntos muy distantes del Departamento, y de toda la zona del Ramal. Todas sus actividades son para el Colegio.
Viaja a Salta y Jujuy, habla con sus superiores, con el Gobierno de la Provincia, con las autoridades del Consejo de Educación; y a todos les solicita apoyo y ayuda.
El Colegio llega a inscribir 200 alumnos; debe seguir construyendo aulas y salón de actos y con actividad sorprendente, sale a flote.

A cuatro años de su fundación, a pedido de varias familias y para subsanar la falta de 5º y 6º grado de la Escuela Nacional, el Padre Scipioni se vio obligado a poner una sección de niñas, cuya enseñanza fue confiada a la primera Maestra Señora Victoria Aceña de Lorences. Esta sección perduró hasta la llegada de las abnegadas Hermanas Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento, en el año 1937. Este acontecimiento tan auspicioso para el pueblo de Tartagal, fue debido también al celo del Padre Scipioni, quien, comprendiendo la necesidad de la Educación cristiana de la juventud femenina, no omitió esfuerzos para conseguir la cooperación decidida a dichas Hermanas.