La gracia de los orígenes
800 años de la Fundación de la Orden Franciscana
(1.209– 2.009)A LA ESCUCHA DEL EVANGELIO
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Subsidio para el Personal. Unidad Educativa San Francisco de Asís
A D V I E N T O Y N A V I D A D. Miércoles 26 de noviembre de 2008
Origen de la Navidad
Dada la forma como se extendió el cristianismo, en donde lo más importante era el anuncio de la salvación en Cristo, por medio de su muerte y resurrección, hizo que muchos datos no fueran recogidos con exactitud por la historia. Entre ellos está la fecha exacta (mes y día) del nacimiento de Jesús, ya que lo importante era "la certeza de la encarnación". Por ello, san Lucas que sitúa históricamente este acontecimiento se concreta a decir que el nacimiento de Jesús tuvo lugar durante el censo realizado por Cesar Augusto, siendo Quirino gobernado de Siria (Lc 2,1), lo cual no nos da mucha información ya que el censo al parecer duraría unos 3 años en realizarse en todo el imperio y Quirino quien de acuerdo a Flavio Josefo, historiador de ese tiempo, fue gobernador de esta provincia romana del 3 a.C. hasta el 6 d.C.. Otro dato que emerge de la Escritura es el hecho de que María concibió a Jesús 6 meses después de que santa Isabel concibiera a san Juan (Lc 1,36), que de acuerdo a Lc 1,23-24) sería al final del periodo que le tocaba a Zacarías realizar sus servicios en el templo. Finalmente está el dato que los pastores estaban durmiendo a la intemperie, por lo que debe ser un tiempo en el hace calor, aun en la noche (Lc 2,8).
Dada la forma como se extendió el cristianismo, en donde lo más importante era el anuncio de la salvación en Cristo, por medio de su muerte y resurrección, hizo que muchos datos no fueran recogidos con exactitud por la historia. Entre ellos está la fecha exacta (mes y día) del nacimiento de Jesús, ya que lo importante era "la certeza de la encarnación". Por ello, san Lucas que sitúa históricamente este acontecimiento se concreta a decir que el nacimiento de Jesús tuvo lugar durante el censo realizado por Cesar Augusto, siendo Quirino gobernado de Siria (Lc 2,1), lo cual no nos da mucha información ya que el censo al parecer duraría unos 3 años en realizarse en todo el imperio y Quirino quien de acuerdo a Flavio Josefo, historiador de ese tiempo, fue gobernador de esta provincia romana del 3 a.C. hasta el 6 d.C.. Otro dato que emerge de la Escritura es el hecho de que María concibió a Jesús 6 meses después de que santa Isabel concibiera a san Juan (Lc 1,36), que de acuerdo a Lc 1,23-24) sería al final del periodo que le tocaba a Zacarías realizar sus servicios en el templo. Finalmente está el dato que los pastores estaban durmiendo a la intemperie, por lo que debe ser un tiempo en el hace calor, aun en la noche (Lc 2,8).
Con estos datos, quienes recientemente han estudiado este aspecto histórico de Jesús, han llegado a la conclusión que muy posiblemente Jesús haya nacido durante la primavera. Ahora bien, ¿cómo es entonces que celebramos su nacimiento el 25 de diciembre? Esto obedece sin lugar a dudas a una acción pastoral de la Iglesia, la cual extendida por todo el imperio, adopta como fecha del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre con el fin de sustituir con ella la fiesta pagana difundida en todo el imperio llamada: "Natalis solis invicti", que celebraba la victoria del sol contra las tinieblas (producto del Solsticio de invierno), misma que fue establecida por el emperador Aureliano en el 274 a.C. en honra al Dios "sol" de los Sirios. De esta manera, una fiesta que era pagana se convirtió con el paso del tiempo en una fiesta cristiana la cual se extendió rápidamente en toda la Iglesia, principalmente de Occidente. Desde entonces la vida cristiana gravitaría en dos polos, la fiesta de la Navidad y la Pascua. Para la preparación de dichas fiestas se establecieron con el correr de los años, un periodo de preparación. Así nacieron la Cuaresma y el Adviento.
Ya para el siglo VI se tienen noticias ciertas de una preparación para la celebración de la Navidad que estaba caracterizada por algunos días de ayuno y oración intensa. Esta preparación, durante el Medievo, fue llamada Adviento, ya que esta palabra (del latín "adventus"), no solo significaba preparación, sino que estaba referida a la serie de preparativos que se realizaban en una ciudad para recibir a algún alto dignatario de estado. Por ello el Adviento cristiano, centraba su atención en la preparación de toda la comunidad para celebrar la fiesta de la Navidad con un fuerte espíritu de gozo, pero al mismo tiempo acentuaba la perspectiva de la segunda venida de Cristo, para la cual era necesario estar preparado, realzándose el aspecto de conversión personal. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: "Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida" CEC 524.
Como preparación a esta celebración y a fin de recordar de manera más viva el misterio de la Encarnación de Cristo, san Francisco de Asís (1223) construyó a las afueras de la ciudad, lo que hoy llamaríamos "Pesebre", invitando a todos los pobladores a reunirse para orar y contemplar, lo que el llamara "el misterio más sublime de Dios: la Encarnación de Jesús". Los primeros evangelizadores de América, trajeron consigo esta tradición, lo cual se presentaba idónea para evangelizar a los moradores de nuestro continente, gente sencilla y de gran imaginación.
Propuestas para estas Fiestas
Darle su lugar a Papa Noel
Uno de los dilemas con los que nos encontramos es la creciente devoción de grandes y niños en Santa Claus (Papá Noel), quien ve todo y es quien juzga nuestras acciones para premiarnos o no. Con ello, poco a poco durante la época de Navidad, se ha ido vaciando en la conciencia de los niños la verdadera idea de Dios, al menos del Dios anunciado por Cristo. Para muchos de ellos, hoy por hoy, Navidad significa; Santa Claus. Pero, y ¿quien es en realidad Santa Claus? Bueno, pues, su historia se remonta al siglo IV a un lugar en Turquía llamado Bary, en donde vivió un santo Obispo, llamado Nicolás, el cual se distinguió entre otras cosas por atender de manera especial a los niños pobres. Su historia nos relata que en una ocasión resucitó a tres niños, por lo que a la muerte del obispo (+342), se multiplicaron una serie de prodigios y milagros que hicieron que creciera rápidamente su devoción y su culto, principalmente en los pueblos del norte de Europa que celebraban su fiesta el 6 de Diciembre.
En la época de la Reforma, los holandeses que se separaron de la Iglesia Católica, cambiaron la fiesta religiosa de san Nicolás, es decir "Sint Klaes", por una fiesta secular en la cual se identificaba, al santo con un personaje del Polo Norte, rodeado de duendes y que se encargaba de llevar regalos a los niños en Navidad. Al rededor del año 1600 esta tradición nórdica relacionada con la Navidad fue traída a Nueva York por los primeros colonizadores de Holanda y Alemania quienes en su nombre regalaban dulces y regalos a los niños. Con su incorporación al Ingles su nombre pasó de "Sint Klaes" a "Santa Claus" que es como lo conocemos hoy. Este personaje fue adoptado así como el símbolo de la Navidad en los Estados Unidos.
Vivir un verdadero Adviento: La Corona de Adviento
Sería lindo y necesario recuperar la oración y la lectura de la Escritura en donde se nos instruye sobre la verdad de la Navidad y su significado para nuestras vidas. Para ello, de manera concreta podríamos: Rezar todos los días las corona de Adviento. La Corona de Adviento es una tradición simbólica iniciada en Europa por los Luteranos, quienes trenzando una serie de ramas de pino verde, significaban la esperanza cristiana, de que en la segunda y definitiva venida de Cristo, él mismo "coronará" toda una vida vivida de acuerdo al Evangelio. Esta corona, es iluminada por Cristo, Luz del Mundo. Es, sin embargo, una Luz que, como en el Antiguo Testamento va creciendo hasta que lo ilumina todo hasta llegar a ser el centro de la vida del hombre y de su historia. Con esta teología detrás, la Iglesia Católica la adaptó al ciclo litúrgico del Adviento esta práctica, en donde cada vela representa cada uno de los domingos del Adviento. Está formada de tres velas moradas, signos de la espera y una rosa, signo del "ya, pero todavía no", que es conocida como "el gaudete" por el "gozo" de saber que la redención ha sido ya realizada por Cristo, pero esta aun se continúa desarrollando en el mundo hasta su segunda venida. Cada uno de los cuatro domingos de Adviento se enciende una vela: primero dos moradas, luego la Rosa, luego otra morada y finalmente el día de navidad la Blanca, que está al centro de la corona)
Sería lindo y necesario recuperar la oración y la lectura de la Escritura en donde se nos instruye sobre la verdad de la Navidad y su significado para nuestras vidas. Para ello, de manera concreta podríamos: Rezar todos los días las corona de Adviento. La Corona de Adviento es una tradición simbólica iniciada en Europa por los Luteranos, quienes trenzando una serie de ramas de pino verde, significaban la esperanza cristiana, de que en la segunda y definitiva venida de Cristo, él mismo "coronará" toda una vida vivida de acuerdo al Evangelio. Esta corona, es iluminada por Cristo, Luz del Mundo. Es, sin embargo, una Luz que, como en el Antiguo Testamento va creciendo hasta que lo ilumina todo hasta llegar a ser el centro de la vida del hombre y de su historia. Con esta teología detrás, la Iglesia Católica la adaptó al ciclo litúrgico del Adviento esta práctica, en donde cada vela representa cada uno de los domingos del Adviento. Está formada de tres velas moradas, signos de la espera y una rosa, signo del "ya, pero todavía no", que es conocida como "el gaudete" por el "gozo" de saber que la redención ha sido ya realizada por Cristo, pero esta aun se continúa desarrollando en el mundo hasta su segunda venida. Cada uno de los cuatro domingos de Adviento se enciende una vela: primero dos moradas, luego la Rosa, luego otra morada y finalmente el día de navidad la Blanca, que está al centro de la corona)
Novena, Oración y Caridad
Para la fiesta de Navidad, recuerda que debe iniciarse con una oración y una profunda acción de gracias. Lee junto con toda tu familia el pasaje del nacimiento de Jesús y busca que toda tu familia participe. Durante el Adviento busca la mejor oportunidad para reconciliarte sacramentalmente con Dios (Confesarte), para que puedas participar ACTIVA Y DEVOTAMENTE de la Eucaristía del 25, fiesta del Nacimiento de nuestro Señor y Salvador. No dejes que la actividad, las prisas o la flojera dejen para el último lo que debe ser primero. Vive, intensamente este Adviento, como una verdadera preparación a la fiesta de la Navidad, pero también aprovecha para crecer en el amor hacia los demás y para que tu vida se parezcas más a la de Jesús. Toma como ejemplo a María Santísima. En ella encontrarás el modelo de los que piensan primero en los demás, de los que han puesto al centro de la vida a Dios, de los que no se dejan convencer por las voces del mundo, sino que permanecen fieles al compromiso hecho con El Dios que salva. Prepárate, como ella: orando y sobre todo deseando con todo tu corazón que el Reino sea una realidad en tu vida, en tu familia y en todo el mundo.
El Pesebre
El Árbol de Navidad es, la igual que Santa Claus, una tradición importada a los Estados Unidos por los hermanos nórdicos, quienes en particular tiene una veneración muy especial para éste. Sin embargo, hoy por hoy, forma parte de nuestras fiestas, pero es una tradición carente de significado. Es simplemente algo que alegra la vista y que adorna la casa creando el "ambiente navideño". AGREGUEMOS a éste elemento decorativo, un buen pesebre y procuremos darnos tiempo para explicárselo a los niños. Recordemos que ellos aprenden más por las imágenes que por nuestras palabras. Sentémonos junto a ellos y contémosles una y otra vez el relato del nacimiento, de Jesús, la llegada de los magos, la vida sobre José y María, la vida en aquellos tiempos, etc. Creemos en ellos y en su fértil imaginación, la idea de la cercanía con el Dios que se hace uno de nosotros y que humildemente nace en un pesebre para ser uno con nosotros.
Como adulto, date tiempo, como lo hacía san Francisco de Asís, para contemplar la humildad de Jesús naciendo en un pesebre. Ora de cuando en cuando delante del humilde pesebre. Esto te convencerá de que tienes mucho, pero mucho que agradecer. Dejarás de ver solo hacia arriba para mirar a aquellos, que como Jesús, muchas veces carecen de lo más necesario. Verás que tu Navidad adquirirá otra dimensión.
El Árbol de Navidad es, la igual que Santa Claus, una tradición importada a los Estados Unidos por los hermanos nórdicos, quienes en particular tiene una veneración muy especial para éste. Sin embargo, hoy por hoy, forma parte de nuestras fiestas, pero es una tradición carente de significado. Es simplemente algo que alegra la vista y que adorna la casa creando el "ambiente navideño". AGREGUEMOS a éste elemento decorativo, un buen pesebre y procuremos darnos tiempo para explicárselo a los niños. Recordemos que ellos aprenden más por las imágenes que por nuestras palabras. Sentémonos junto a ellos y contémosles una y otra vez el relato del nacimiento, de Jesús, la llegada de los magos, la vida sobre José y María, la vida en aquellos tiempos, etc. Creemos en ellos y en su fértil imaginación, la idea de la cercanía con el Dios que se hace uno de nosotros y que humildemente nace en un pesebre para ser uno con nosotros.
Como adulto, date tiempo, como lo hacía san Francisco de Asís, para contemplar la humildad de Jesús naciendo en un pesebre. Ora de cuando en cuando delante del humilde pesebre. Esto te convencerá de que tienes mucho, pero mucho que agradecer. Dejarás de ver solo hacia arriba para mirar a aquellos, que como Jesús, muchas veces carecen de lo más necesario. Verás que tu Navidad adquirirá otra dimensión.
Los regalos y la fiesta de Navidad
Navidad es tiempo de COMPARTIR y no precisamente de comparar, por lo tanto lo que tengas que comprar hazlo con el deseo de compartir con los demás la alegría de dar. Busca que no sea para quedar bien y no gastes lo que no tienes. Con el único que tienes que quedar bien es con Jesús y él lo único que quiere es tu corazón y un poco de tu atención y tu amor. Que tu compartir sea un verdadero signo de amor y fraternidad buscando imitar a Cristo, que se regaló a nosotros para hacernos inmensamente felices.
¡Feliz Navidad y un Hermoso 2009!
Les desea el Equipo de Religión de la Unidad Educativa San Francisco de Asís